Le ha pasado que mientras mas trata de resolver algo mas se atoras? Esto le puede interesar.
Siempre que nos obsesionamos y nos esforzamos demasiado en resolver algunos problemas, dejamos de usar una gran cantidad de recursos de la mente. Como resultado comenzamos a ver esos problemas con una visión de túnel, una especie de "efecto anteojera". Nos acostumbramos a ver de esa manera, al punto de no darnos cuenta de lo limitadas que son nuestras percepciones. Cuando nuestros sistemas sensoriales se encuentran disminuidos, no nos damos cuenta de que el resto del mundo que nos rodea contiene toda la información que necesitamos. La visión de túnel puede ser nuestro obstáculo hacia el desarrollo y la efectividad; no conocemos el efecto que produce llevar "anteojeras" hasta que éstas finalmente caen...
Quizá este relato, tomado de "Principios de la navegación aérea", de Charles Hlikas represente el ejemplo más elocuente:
A las veinte horas de mi entrenamiento de piloto civil, mi instructor me hizo volar hasta un aeropuerto cercano. Llevaba semanas obsesionado con la perfección de cada detalle durante el vuelo. Observaba con frecuencia los seis instrumentos para confirmar que estaba en la ruta y a la altitud correcta. Miraba a izquierda y derecha por encima de las alas para ver si volaba recto. Observaba también una marca en el parabrisas para confirmar que volaba horizontalmente". Recto y nivelado, todos los instrumentos bien", me repetía. Esta costumbre de comprobarlo todo dominaba mi conciencia cada vez que remontaba el vuelo.
Pero aquel día sucedió algo poco corriente que cambió para siempre mi experiencia de volar. Cuando nos acercábamos al aeropuerto, comprendí que era capaz de verlo todo a mi alrededor. Podía distinguir el tráfico aéreo a una distancia de veinticinco kilómetros. Sabía cuál debía ser la aproximación exacta del avión en relación a la disposición de las pistas. Podía comprobar los seis instrumentos de un vistazo. No tenía que mirar a la derecha y a la izquierda. Las alas eran como una prolongación de mis propios hombros y sabía que estaban niveladas al mirar al frente, hacia mi destino".¡Vaya! -le dije a mi instructor, que estaba a mi lado-. ¡Es sorprendente! Es como si lo viera todo a la vez".
"¡Felicidades! -me dijo-. Acaba de deshacerse de sus anteojeras"
Cuando nos deshacemos de las anteojeras, abrimos nuestros sentidos. Queda a nuestra disposición un gran volumen de valiosa información, que nos dará nuevas oportunidades de éxito. La experiencia de habilitar todos los sentidos puede ser sorprendente. Como a la salida de un túnel oscuro, en cuyo extremo el mundo entero se abre con toda intensidad ante nosotros. Quizá, dejar caer nuestras anteojeras, sea más fácil de lo que pensamos. Quizá sea cuestión de relajarse y confiar en la intuición, en nuestro propio sistema de navegación. Quizá, cuando se sienta bloqueado, sea bueno responder con una visión curiosa, abierta y divertida que conecte toda la mente. No cabe dudas de que si deja caer sus anteojeras, ampliará su visión, percibirá más cosas, y esto lo ayudará a vivir y prosperar.
0 comentarios:
Publicar un comentario